
El último día de la vida del valiente Duke
Esta es la historia del último día de la vida de Duke, una historia llena de amor, que narra de principio a fin este día tan desolador que a muchos nos ha tocado vivir al lado de nuestros perros, aunque de un modo diferente. La familia de Duke decidió planificar cada segundo de este día tan triste, e intentar hacer de él algo maravilloso para Duke, un día inolvidable en el que pudo realizar sus actividades favoritas y comer lo que más le gustaba, todo al lado de su familia.
Este perro no tuvo una vida fácil. Duke vivía en una perrera de la que su fue rescatado por la familia que le dio su segunda oportunidad y que lo quiso como nadie, su familia. A los tres años de vivir feliz con sus humanos, le detectaron un cáncer, osteosarcoma, a causa del que tuvieron que amputarle de forma urgente una de sus patas delanteras. Duke a pesar de esto no se rindió, y siguió intentando ser el mismo perro que era, no quería que se preocuparan por él. Sin embargo, cuando todo parecía ir a mejor, el cáncer se reprodujo.
Su familia intentó por todos los medios salvar a Duke, buscar una alternativa para curarlo, pero los médicos les dejaron claro que no había tratamiento posible, y el pobre cada vez lo pasaba peor, dolores, cansancio, etc. Tras darse cuenta de que sólo les quedaba una opción para no ampliar el sufrimiento de Duke, decidieron tomar la difícil decisión de dormirlo.
Sin embargo, la familia de Duke quiso hacer algo especial por él, querían devolverle aunque fuera una pequeña porción de toda la felicidad que él les había proporcionado, y le prepararon un último día perfecto, en el que pudiera hacer todo lo que tanto le gustaba. Para inmortalizar dicho día pidieron a la fotógrafa Robyn Arouty que les acompañara.
Aquí os dejamos la historia de Duke, tal y como Robyn Arouty la cuenta en su blog (la hemos traducido).
Hoy me he muerto. Por Duke Roberts
Comí muchas hamburguesas e hicimos una fiesta.
Y me reí.
Pensé sobre todo lo que iba a echar de menos esto.
Y bromeamos.
Nos pusimos serios.
Mis amigos de la casa de al lado vinieron a verme. Son gemelos. Cuando alguien les ofreció una de mis hamburguesas uno dijo: ‘No gracias, no quiero quitarle ninguna a Duke’.
Kirsten vino a verme. Ella es genial, es mi peluquera y mi amiga.
Mientras esperábamos la llegada del veterinario, Kirsten dijo que podíamos ir a dar un paseo. Entonces alguien dijo: ‘¿Por qué no vamos a jugar al parque acuático que hay bajando la calle?’. Así que nos fuimos.
¿Sabes que voy a echarte de menos, verdad?
¿Tú a mí también, verdad?
Necesito que me ayudes a cuidar a mi familia.
¿Me has escuchado? Es todo lo que quiero.
Nos mojamos.
Hoy sonreímos.
Nos sentimos afortunados.
Hoy rompimos las reglas.
Escuché a los niños jugando en la distancia y pensé en mis dos bebés de casa, me encantó protegerlos.
Hoy me relajé.
No sentí dolor. A pesar de que el tumor se hizo más grande.
Hoy sentí el amor.
Me despedí de mi bella amiga Kira. Ella «me vio» de pie sobre todo el mundo antes de que el doctor dijera que era el momento. Yo estaba emocionado, saltando y feliz.
Bueno, no quise decirles adiós, les dije hasta que nos volvamos a encontrar.
Dios, fui afortunado. Nuestro tiempo fue breve, pero vosotros me disteis una segunda oportunidad y lo pasamos muy bien juntos. Os encanta cuando os miro, nunca dejaré de hacerlo.
Hasta siempre, Dukey.
All the pictures were made by © Robyn Arouty
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