
La fábrica de cachorros que se convirtió en albergue
A veces la línea ética de un criadero canino queda traspasada por la codicia, y en vez de primar el respeto hacia los perros, su cuidado y su bienestar, gana el mercadeo barato y el negocio a cualquier coste. En los últimos días nos hemos encontrado con uno de estos casos en nuestro país, del que hemos sabido gracias a la Fundación Protectora de Animales de Asturias, protagonista del final feliz de esta historia.Las alarmas sonaron a partir de un cartel sospechoso en el que se hablaba de “cachorros en liquidación” y que llegó a las manos de la dueña de una peluquería canina. Esta, colaboradora habitual de la fundación, viendo las características del texto no dudó en informar.
Miembros de la directiva de la protectora asturiana investigaron el caso, y organizaron la operación ‘Happy dog’, que así se llamaría, comenzando con una visita a este criadero de Siero en calidad de clientes. Cuando llegaron allí se percataron de que, a pesar de que el lugar tenía los permisos en regla, las condiciones en las que vivían los 43 perros que allí encontraron eran lamentables. La basura y la chatarra rodeaban a los canes, que carecían de microchips y que, en algunos casos, precisaban de atención veterinaria.
Ante la gravedad de la situación, actuar con celeridad se hacía completamente necesario. Por ello, desestimaron emprender medidas legales que retrasarían el proceso meses, especialmente porque, como decíamos, el lugar poseía los permisos pertinentes. Así que, aprovechando que se planteaban adquirir un espacio para convertirlo en albergue para los perros y gatos que atendían, lanzaron una oferta al propietario y este aceptó.
La fábrica de cachorros tendría un nuevo uso, se convertía de este modo en un lugar de segundas oportunidades para muchas mascotas abandonadas de ese rincón asturiano, y también para los perros que allí habitaban. A día de hoy, de los 43, unos 20 se encuentran ya en casas de acogida o en preadopción.
En nuestro país, el número de abandonos de perros sigue rozando cifras escalofriantes, unos 100.000 anuales, y fábricas de dudosa moral como esta no mejoran la situación. Por eso, si conoces algún caso similar, no dudes en denunciarlo. Solo así este tipo de lugares y prácticas deplorables dejarán de existir. Recuerda, si quieres compartir tu vida con un perro no olvides que en las protectoras y albergues hay muchos buscando un hogar como el tuyo.
Aquí os dejamos un vídeo de uno de los perros afortunados que tuvo una segunda gran oportunidad, quizás tú puedas darle una a alguno de estos perros:
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